Los niños van mostrando deseos de ser independientes desde muy temprana edad. Sin embargo, en ocasiones los padres quieren que los chicos no crezcan tan rápido y continúen siendo sus bebés y necesitándolos como cuando eran pequeñitos. Sin darse cuenta, muchas veces, les niegan la posibilidad de hacer cosas, de enfrentarse a retos o dificultades y a solucionar problemas, porque piensan que aún son muy chicos para hacerlo por sí solos. Con esta sobreprotección vamos anulando al niño, ya que se acostumbrará a que sea otro el que haga, piense o solucione por él, y que finalmente a cada paso que dé, busque la mirada de aprobación o el visto bueno del adulto o de algún referente externo.

 

La autoestima y el sentido de autoeficacia, la idea de que “yo puedo” se va forjando a través de la exposición a las diferentes experiencias que vamos pasando a lo largo de nuestro desarrollo.

Por esto es de vital importancia permitirle al niño experimentar, hacer las cosas aunque en un inicio tal vez no le salgan muy bien. Lo importante es enfocarnos en su esfuerzo y no tanto en los resultados, evitando cualquier crítica hacia las iniciativas que pueda presentar y más bien reforzando su esfuerzo natural por hacer las cosas. Hay que buscar darles tareas y responsabilidades que vayan de acuerdo con su nivel de madurez, escogiendo tareas que puedan cumplir.

 

De otro lado, hay que exponer a los chicos a situaciones nuevas y permitirles enfrentarse a obstáculos, permitiendo que el niño encuentre “sus formas”, que no necesariamente son las de los padres. En ocasiones los padres pueden decirles que algo está mal, simplemente porque no lo hicieron de la manera en que ellos suelen hacerlo, pero el resultado podría sorprender, ya que también podría ser positivo. Por eso reza el dicho: “Todos los caminos conducen a Roma”, ya que existen diferentes formas de llegar a un mismo punto. Asimismo, hay que ayudarlos a tomar riesgos y enfrentarse a la posibilidad del fracaso. Muchos padres tratan de proteger a sus niños de la decepción y el fracaso. Sin embargo, es importante que sientan el fracaso para poder aprender cómo lidiar con él.

 

Es muy importante para ayudarlos en el proceso de ser más independientes el permitirles tomar decisiones, en un inicio pequeñas, como permitirles escoger entre dos opciones de ropa para vestirse o las zapatillas que desean ponerse para ir al parque, etc.

Luego pueden ir complejizándose, para lo cual los padres tendrán que ayudar en el proceso de razonamiento acerca de la situación, que implica ayudarlos a ver qué sucedería si eligen la opción A o B y a hacerse responsable por la consecuencia de su decisión, ya sea positiva o negativa, reforzándoles la noción de la importancia del pensar antes de actuar.

 

Finalmente, los padres deben hacer el esfuerzo para estar disponibles y ayudar a sus hijos cuando sea necesario. Los niños que saben que cuentan con el apoyo de sus padres, están más confiados para explorar su mundo.